Con más de veinte años de vida artística Ruddy Rodríguez, sin duda, es una de las actrices venezolanas más versátiles y de mayor proyección internacional. Su vida ha sido tan dinámica que de niña vendía -sin autorización- las frutas que su mamá compraba en el mercado, fue instructora de natación y de aeróbicos, cambió la oportunidad de ingresar a la Universidad por la actuación y llegó a ser Miss Venezuela.
En entrevista con CINÉFILOS habló sobre su adolescencia, su carrera actoral y las expectativas que tiene con su nuevo trabajo en el cine.
Mi primer empleo remunerado no autorizadofue vendiendo jugos en la escuela, después pase a vender frutas que mi mamá traía del mercado popular. Al terminar con las frutas continué con las artesanías hechas con el cable del teléfono: pulseritas, collares… pero el primer trabajo que tuve y que era bien remunerado fue de suplente de instructor de natación, y después me ascendieron a instructora de natación. Al ser suplente me pagaban muy poquito pero me hizo ser muy productiva, muy consciente de que tenía la responsabilidad de quince niñitos cada hora. Tiempo después me dedique a dar clases de aeróbicos de bajo impacto y clases de gimnasia.
¿En su adolescencia soñaba con ser tan reconocida como lo es ahora?
No para nada, en mi adolescencia yo soñaba con llevármela bien con mis amigos, jugar todos los deportes si era posible, yo sabía que iba a ser algo pero no estaba segura de qué, además estaba muy metida en todas las actividades culturales en el colegio. Entonces por ahí ya sabía que en la parte artística iba a desarrollarme pero no me imaginaba que en novelas,siempre pensé que sería en el teatro. Cuando me gradué de bachiller y me iba a inscribir en la universidad un día ví en el periódico un letrero gigante que el grupo Rajatabla iba a iniciar un taller nacional de teatro,y se me abrieron los ojos de inmediato y me olvide de la universidad concentrándome en las audiciones para entrar al grupo.
Hice una prueba escrita donde me fue bien, pero después me dio terror hacer la prueba actoral y no fui. Luego me cuestione muchísimo por ser tan cobarde y unos días después no se qué pasó y llame a meter un cuento chino para que me volvieran a aceptar y me permitieran hacer la prueba actoral. Cuando ya pasó el tiempo terminé confesando y nos reímos mucho pues yo siempre termino diciendo la verdad.
¿Qué pasó con la universidad?
Quería comunicación social pero nunca entré, y los primeros diez años de mi carrera como artista la excusa siempre fue que no había entrado por haber empezado una nueva novela. Creo que la universidad de la vida me ha enseñado muchas cosas bondadosas para mí que me han servido para sobrellevar todos los problemas que se le aparecen a uno en el camino.
Y su familia… ¿cómo tomó su decisión?
Mi papá al principio refunfuñó un poquitín, pero fue como todo en la vida,él siempre me dijo lo bueno, lo malo y lo feo. Entonces cuando yo me metí a la parte artística sólo me decía que tuviera cuidado con esto, con lo otro, que ojo si un tipo me ofrecía tal cosa tuviera cuidado, en fin todo lo que hace un papá preocupado ayudándome a salir de la inocencia, a dejar de ser boba y a prepararme para ese mundo que había escogido.
¿Cómo llegó a concursar en Miss Venezuela?
En 1985, estoy estudiando teatro, me echan un ojo una gente que estaba por ahí pasando por la escuela en Caracas y dicen entre ellos que yo podía ser miss. Me llevaron, me presentaron,no tenían como mucha fe en mí y yo entré de relleno porque solo quedaba un estado de Venezuela libre, que fue al que represente después. En ese mes y medio aprendí de todo además fui la última en entrar, pero todo lo tomé como si fuera un personaje de alguna novelaEra un mundo desconocido pero me sirvió para adquirir nuevos conocimientos y pulir algunas cosas en mí. En ese momento me sentí como la propia cenicienta, sentí como si un hada madrina me hubiera tocado pues la experiencia fue muy chévere, se la recomiendo a cualquier persona que se quiera dar a conocer ya que si me hubiera quedado en el teatro buscando reconocimiento, tal vez me demoraría unos cuantos años.
¿Cómo es el reinado desde adentro?
Pues desde mi experiencia, puedo ver que fue muy estresante porque en mes y medio debes aprender de todo y desarrollarlo, como pintarse las uñas, arreglarse el pelo, el maquillaje, en fin eran muchas cosas que uno decía ¡esta no soy yo! Y siempre estaba como pendiente de que mi esencia como ser humano no se fuera, porque si no me hubiera vuelto dependiente del glamour. Me trasnoche mucho, utilicé muchas cosas artificiales como las uñas, los tacones y un kilo de maquillaje, lo más duro fue aprender a manejar los tacones porque eran doce centímetros con plataforma y eso no lo aguanta ni mandraque.
¿Detrás de cámaras que sucedía en el reinado?
Detrás de cámaras una vez una compañera quería quitarme la corona porque decía que esa le pertenecía a ella, otra me declaró su amor,además fue la primera lesbiana en declararme su amor y yo le dije que muchas gracias por el cariño pero que a mí me gustaban los hombres. También me pasó que había un tigre en escena y en vez de estar pendiente del reinado, yo estaba era pendiente de jugar con el tigre y en un segundo ese animalote sacó la pata y me rompió el traje, para acabar de completar me estaban anunciando para salir a desfilar. Fueron muchas situaciones graciosas y otras no tanto pero que de cierta manera me ayudaron a crecer como persona.
Lo vivido en el concurso ¿de qué manera la acercó a la actuación?
De hecho fue al revés, la actuación me acercó al reinado pues yo soy la única en la historia del concurso de Venezuela que primero fue actriz y luego reina, yo ya era actriz de teatro cuando me sacaron para ponerme allá a concursar. Además me dio la patada más grande que te puedas imaginar en cuanto a impulso y publicidad se refiere. Es por eso que estoy eternamente agradecida con el concurso.
¿En qué cambió usted con la fama?
Como persona yo pienso que sigo siendo la misma, el reconocimiento creo que en mi caso a uno le da mucha pena y siempre le doy gracias a la vida por darme la oportunidad de vivir esto. Porque la gente siente un gran amor, un gran cariño, se te tira encima, el sentido de pertenencia crece de la gente hacia ti. Básicamente siento mucha humildad, es una gran satisfacción poder mover emociones y sacarles sentimientos a otras personas. Pienso que un artista se vuelve factor importante en lo que es la parte de responsabilidad social.
Como actriz y reina ¿soñaba con el cine?
Artista que se respete sueña con el cine, artista que quiere pasar a un nuevo ámbito actoral tiene que tener el cine muy presente. El cine te pone en un estatus muy chévere, te da prestigio, el cine… quizás sobretodo el cine latinoamericano no te da dinero, tú pones dinero. Por ejemplo yo tengo películas que aún no he cobrado, tengo películas donde me han pagado con un cuadrito, o simplemente hay otros que todavía estoy esperando el cheque que sé que no va a llegar. Creo que el cine uno lo hace básicamente por amor al arte, además se utiliza mucho la criollada es decir que en nuestros países latinos no se come del cine, tú haces cine con las garras, con los dientes.
La película Venezzia es su debut en la producción ¿cómo es esa nueva responsabilidad?
Bueno, en mi incursión como productora tenía la ventaja de conocer este proyecto desde hace más de diez años, y me la quería jugar en otro ámbito porque creo que uno debe cantar, actuar, recitar, bailar y lo que venga. Pienso que uno en algún momento tiene que producir o dirigir, mi sueño es dirigir mi propio corto, mi sueño es tener mi propia productora, prestarles servicio a otros artistas, además personalmente siempre ando con casting de amigos debajo del brazo para llevarlos conmigo y donde esté poder entregarlos a ver si sale algo. Para mí ha sido chistoso ser la actriz y armar líos como productora, de repente estar en el set y gritar ¡corte! Para empezar a dar instrucciones, es ahí donde sale la Ruddy con las uñas y los dientes, la mala, pero la verdad no he visto al primer productor buena gente.
Venezzia está ambientada en los años 40 ¿qué fue lo más importante que tuvo en cuenta la producción para desarrollar una historia sobre la guerra desde el punto de vista sudamericano?
Lo primero fue no pretender hacer cine a lo Hollywood, el de nosotros tiene una calidad impecable como se puede ver en el vestuario ya que es totalmente tropical, los trajes no eran elaborados como los de los años 40 en Estados Unidos; era 1940 pero en el Caribe. Por supuesto en los objetos de utilería como armas, carros, aviones… eso sí tuvimos que buscarlo en sitios especializados porque tenían que ser muy reales. Por otro lado los actores tuvimos que aprender a ser un poco más pausados pues los venezolanos hablamos rapidísimo, los mexicanos igual, entonces el context
o de la película era un poco pausado y nos tocó aprender a hacerlo.
Debe haber muchas anécdotas de Venezzia…
Todos los raspones en mis piernas son a causa de Venezzia, me di contra el mundo, hubo escenas donde estábamos arrodillados como unas cuatro horas Alfonso Herrera practicando las peleas en su segundo día en Venezuela lo pasó en una clínica y pensábamos que no íbamos a tener protagonista, hasta el papá se vino corriendo desde México. Pero él siguió adelante y por eso yo siento una gran gratitud hacia poncho porque siendo la estrella impresionante que es, la humildad que tiene y la buena energía que tiene lo hace ser mejor cada día. En muchas escenas casi matan a poncho porque él es muy flaquito y le daban contra todo, me tocó ponerme seria y decir que me lo envolvieran en espuma para que no se pegara duro. A mí también me pegaron durísimo, me tiraron contra un catre y quede mal, de hecho cuando me tomaron las radiografías tenía unas cuantas fisuras y dije chévere que seamos rambo pero dejemos algo para navidad o por lo menos lleguemos enteros al estreno.
Todos los raspones en mis piernas son a causa de Venezzia, me di contra el mundo, hubo escenas donde estábamos arrodillados como unas cuatro horas Alfonso Herrera practicando las peleas en su segundo día en Venezuela lo pasó en una clínica y pensábamos que no íbamos a tener protagonista, hasta el papá se vino corriendo desde México. Pero él siguió adelante y por eso yo siento una gran gratitud hacia poncho porque siendo la estrella impresionante que es, la humildad que tiene y la buena energía que tiene lo hace ser mejor cada día. En muchas escenas casi matan a poncho porque él es muy flaquito y le daban contra todo, me tocó ponerme seria y decir que me lo envolvieran en espuma para que no se pegara duro. A mí también me pegaron durísimo, me tiraron contra un catre y quede mal, de hecho cuando me tomaron las radiografías tenía unas cuantas fisuras y dije chévere que seamos rambo pero dejemos algo para navidad o por lo menos lleguemos enteros al estreno.
Por Felipe Miranda Reyna.
© cinefilosrevista.com
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