lunes, 16 de julio de 2012

Entrevista a Ruddy Rodríguez [La casa del fin de los tiempos]

La semana en que Édgar Ramírez rodaba en Caracas la producción internacional Libertador, de Alberto Arvelo, Ruddy Rodríguez culminaba una de las primera películas de terror del cine venezolano: La casa del fin de los tiempos, ópera prima de Alejandro Hidalgo. 



Allí la venezolana radicada en Colombia, da vida a Dulce, una mujer que, paradójicamente, no es tan dulce. Su personaje tiene contacto con unas entidades del más allá que le revelan que sus hijos van a morir trágicamente. La cinta se centra en el viaje físico y espiritual de esta mujer para evitar que se cumpla el vaticinio. 

Son las 5:00 de la tarde en el set ubicado en la quinta Castillete de El Paraíso. En un cuarto, el argentino Alex Mathews (El secreto de sus ojos) está desde la mañana transformando a la actriz en una mujer de 72 años. 

Con la cara plastificada, apenas puede mover los labios, mas la jovialidad trasciende el maquillaje y salta la Niña bonita de siempre, que dice: "Lo bonito queda en el alma, el que me conoce sabe como soy, esto es circunstancial y me encanta". 

"Recibí el guión hace como ocho meses, le firmé una carta a Alejandro Hidalgo porque él me dijo que la necesitaba para el CNAC (Centro Nacional de Cine). Yo soy una persona confiada, me pareció osado y se la firme, ni siquiera había leído el guión. Después me lo entregó. Primero lo dejé en standby porque tenía otros proyectos. Empezamos formalmente, le envié mis comentarios por email y el primero de marzo estábamos rodando". 

"Yo creo que Dulce vive a través de los ojos de sus hijos. No creo que se quiera, ni que sea feliz, es de una gran dureza. Quien le saca una media sonrisa es uno de los niños. No está feliz ni conforme con su vida, no es alegre, es echada pa' lante pero dependiente. Es una antítesis de lo que yo soy". 

"Trabajé el personaje como unas tres semanas. Esta mujer tiene dos períodos en su vida: el pasado y el presente. Con mi acting coaching, Rossana Fernández (El rumor de las piedras) el trabajo fue buscar imágenes y empezar a sentir, improvisar. Fue una búsqueda. ¡Tengo que fumar! ¡Yo que soy 100% libre de tabaco, aquí las pagué todas!. Pero yo me paso un switch". 

"¿Que si he reflexionado sobre mi vejez? ¡Para nada! Estos son trabajos que se te presentan cada 20 o 30 años. ¿Pa' qué carajo me voy a preocupar hoy? Me proyecto hacia el futuro, pero no me quita el sueño. Yo tengo que vivir mi presente sin problemas, sin rencores, sin angustias. Yo soy antiparabólica, no he cambiado, lo que tengo es más prótesis, de resto estamos bien". 

"Tengo dos meses fuera de mi casa y ya me hace falta. Ya mi hogar está en Colombia, y no es por maldad, la circunstancia me llevó allá. Ya toca como las abuelitas, a donde vaya el marido va uno. Mi esposo es campestre y él no podría estar lejos de eso. A Venezuela regresaré cada vez que un proyecto me atrape". 

-¿Y los hijos para cuándo? 

-Yo no sé. Ya yo le dije a Dios que aquí estamos listos. 

-¿Envía fax a la cigüeña? 

-Y a la ciencia. Yo no me doy mala vida. Cuando él quiera, yo ya estoy lista. Son decisiones entre lo espiritual, mental y corporal. 

-¿Qué siente al ver el cine venezolano de hoy? 

-Mucha alegría, me da tanta alegría. Es un orgullo porque estábamos como adormitados. Seguíamos hablando de la época de oro pero... ¿y la época nuestra qué? El cine venezolano agarró vuelo. Yo creo que de las grandes crisis socio-político-económicas-afines... sale algo bueno y el cine salió bien parado, repontenciado. Están apoyando mucho el cine. Y hay que hacerlo, es un deber, esté quien esté, porque para que un país salga adelante sale por su determinación, por sus acciones, por sus misses, por el petróleo, pero también por su cine. 

-Y hay también un momento interesante de intercambio de actores entre Colombia y Venezuela. 

-En las grandes crisis el que ha salido bien victorioso ha sido el cine y los artistas que por la angustia tienen que cruzar fronteras. Yo siempre le digo a mis colegas: "Crucen fronteras para que cuando vuelvan los traten como estrellas".

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