miércoles, 23 de mayo de 2012

Ruddy, La diva de siempre

ECUADOR
Ruddy Rodríguez ha recorrido varios caminos: el de la actuación, el del modelaje, el de la producción. Su vida profesional es polifacética, pero ella intenta mantener su esencia de manera muy personal, única. “Florece y prospera”, manifiesta. Esa es la frase que la identifica y que también da la bienvenida a sus seguidores en Facebook y Twitter. “Yo no era tanto de redes sociales, me estoy abriendo”, confiesa.


La venezolana visitó Ecuador una vez más, ahora para promocionar su película Venezzia, de la cual es productora y protagonista. En el filme, dirigido por Haik Gazarian, actúa junto con el intérprete mexicano y exintegrante de la banda RBD Alfonso Herrera, y también hace el primer desnudo de su carrera –con 8 kilos de más–. Debía mostrar la voluptuosidad que caracterizaba a la mujer de la década del cuarenta, afirma.


El día de la filmación me dio una llorantina horrible”, dice la ex Miss Venezuela 1985, y con ese episodio surgió una contradicción: “Ve lo que son las cosas: este, que es un chico, ayudando a la otra, una grandulona”, asevera. Destaca la integridad de su compañero.


El estreno del largometraje, desarrollado en la época de la Segunda Guerra Mundial, se efectuó ayer. Se exhibe para el público en los cines del país.


No deja de sonreír, proyecta seguridad. Su don de palabra le ha ayudado también en las charlas que da a grupos de varios países a través de la Fundación Internacional El Camino a la Felicidad. Aquí puede cumplir su faceta filantrópica, puntualiza. Esto también la trajo a Ecuador hace un par de meses, aproximadamente, para dar talleres a grupos de la Policía Nacional. “Esa es mi paga por saber que soy un ser humano famoso, que mi imagen pueda servir para hacer cosas buenas”.


Rodríguez gusta de disfrutar de la cocina de cada país, y de Ecuador confiesa que su debilidad son los camarones. Asegura que cada vez que arriba a esta tierra se lleva una caja de estos crustáceos, así como el recuerdo de su gente.


Doy muchas gracias, porque yo he venido desde hace muchos años a Ecuador y, sin embargo, la gente te trata con un amor, como si fuera la primera vez que llegara. Te vuelves a enamorar del país”, enfatiza. Uno de los sueños de la actriz de La casa del final de los tiempos, otro reciente largometraje en el que interpreta a una mujer de 82 años (no dudó en poner una foto “horripilante” de su personaje en Twitter) es ver al cine latinoamericano desarrollarse aún más. Eso es posible, indica, si se hace una labor conjunta: el esfuerzo de las compañías y trabajadores de este campo, y el apoyo de la gente en las salas de cine, posteriormente. Así resume su visión: “Eso es conquistar el Everest”.


Durante la entrevista, la actriz se da un tiempo para revisar las opciones de calzado que tiene a su disposición y que le son mostradas por una asistente de relaciones públicas que la acompaña. Su mánager se mantiene, en cambio, en un extremo. Rodríguez es la única protagonista de la conversación. Sabe cómo hacerlo.


La primera ‘chica Bond’ latina (actuó en el filme del agente 007 de 1987, The Living Daylights) dice que las críticas pueden hacer que la gente se desvíe de lo que realmente quiere hacer, pero a diferencia de lo que se piensa, el camino fácil, subraya, es el de seguir adelante. “Puedes entrar en el cajón del olvido o permanecer en el tiempo. Yo deseo permanecer en el tiempo con mi trabajo”.
"Lloré con mi primer desnudo"

Las personas la conocen como modelo, actriz, empresaria, cantante, ¿usted cómo se define?

Ahora también soy productora. Me defino como una mujer trabajadora, a mí la vida no me ha regalado absolutamente nada, busco las cosas y persisto para que se den. Creo mucho en los proyectos en los que me involucro, confío en Dios y sobre todo en mí. Siempre digo que Dios nos ayuda, pero primero se ayuda uno mismo.

¿Qué tal la experiencia de trabajar con Alfonso Herrera?
Es un caballero, una persona magnífica, de una gran bondad y humildad, con un gran deseo de compromiso. Eso es algo que uno aprecia, no solo como artista, realmente fue un placer haber trabajado con él porque es la verdadera estrella de la película Venezzia.
¿Cuál considera que fue la escena más complicada de realizar?
Las escenas más fuertes son las que hicimos con lluvia, debajo del agua, en una tuvimos que arrastrarnos y con el peso de los dos fue complicado porque para hacer la película tuve que engordar 8 kilos.
¿Por qué?
Porque la cinta transcurre en 1942, entonces hay que ubicar a los personajes en ese año, las mujeres eran más rellenitas.
¿Cómo subió esos kilos?
Comiendo como una loca.
¿Después tuvo que hacer dieta?
Me tocó bajar los kilos que subí, pero estuvo bien, me gustan los retos. Solo dejé de comer carbohidratos.
¿Alguna anécdota de la película?
Hubo una escena en la que Alfonso y yo nos golpeamos muy fuerte, me dolía la cabeza, tenía la cervical destrozada, pero los dos nos quedamos quietos y actuamos muy profesionales.
¿Cómo manejo las escenas en donde hizo desnudos?
Es el primer desnudo que hago en mi vida, pero la escena quedó hermosa. Fue un poco fuerte porque me dio un ataque de llanto, estaba muy nerviosa porque era mi primer enfrentamiento a no tener ropa y eso para mí no es el mejor paseo, me gusta la ropa, solo ando desnudita en mi casa, nunca frente a las cámaras. La gente que me conoce y que ha seguido mi carrera sabe que no la he basado en desnudos.
¿Ya se lo habían propuesto?
Siempre. Me quisieron desnudar desde la primera vez que me vieron en televisión, pero yo no me dejé.
¿Cómo logró evadirlos?  
Porque yo tenía el control, era productora, conozco al director, podía opinar y me cuidaron mucho.
¿Quiere seguir produciendo?
Sí, creo que una artista debe probar producción, dirección, quisiera hacer mi primer cortometraje; pero eso no quiere decir que voy a abandonar la actuación.
Tiene una vida agitada, debe despertarse temprano y dormir tarde, pero siempre está radiante y alegre, ¿ser parte del proyecto ‘El camino a la felicidad’ le ha ayudado a proyectarse feliz ante los demás?
Cuando uno tiene paz interior, le pone el valor justo a las cosas y trata de seguir el camino a la felicidad realmente, no te metes mucho en problemas, tienes más aciertos que desaciertos. Me gusta que la gente de verdad crea que todo ser humano puede cambiar, mejorar y transformarse. La gente siempre le echa la culpa a políticos, que el país está mal, la economía, esto y el otro; pero ese camino a la felicidad es asumir responsabilidad por ti, por tu área y por toda la gente que puedas influenciar. Desde la persona que recoge basura en la calle, hasta las que tienen posgrado, todas pueden cambiar y mejorar.
Ha comentado sentirse contenta por su participación en la serie ecuatoriana ‘El cholito’, ¿colaboraría en otra producción de este país?
Claro que sí, quiero hacer cine en Ecuador porque siento que hay historias por contar y si yo sirvo de algo me encantaría ser parte de eso, además Ecuador me encanta.
¿En qué tipo de historia le gustaría actuar?
Todo depende del guión. Por ejemplo, hace dos semanas terminé una película en donde soy una mujer de 82 años. La hice porque es una cinta que se presenta cada 20 años.
¿Cómo se llama ese filme?
‘La casa del fin de los tiempos’. Es la primera película de suspenso que se hace en Venezuela, y qué rico haber sido yo la que empezó. Hago de una mujer con mucha vivencia, vacío y tristeza; de esas personas que su cuerpo está vivo pero ellas están muertas, eso me impresionó mucho. No sé cuándo se estrenará, pero valió la pena. El único inconveniente es que como soy una persona inquieta, me muevo de aquí para allá, y eso que no tomo café, fue muy fuerte estar 10 horas sentada maquillándome, sin abrir la boca ni comenzar a actuar.
¿Qué le gusta hacer cuando está en casa?
Me gusta manejar bicicleta para hacer todas mis diligencias y así ayudar al medio ambiente. No uso mucho el carro, sino para ir a la finca de mi esposo. Paseo al perro porque me ayuda como ejercicio, odio los gimnasios. Como mucho, pero durante la semana y en las noches trato de no ingerir carbohidratos, los fines de semana me ‘desbarranco’, degusto lo que venga y trato de no privarme porque es uno de los placeres de la vida.
¿Qué comida prefiere?
Las papas fritas y como buena hija de italiana cocino y como buena pasta.
¿Película favorita?
Son muchas, pero ‘Los puentes de Madison’ me encantó y ‘Cadena de favores’ me impactó, la he visto varias veces.
¿Actor preferido?
Siempre quise conocer a Tom Cruise. Decía que cuando lo tenga en frente le iba a decir de todo, pero no fue así, cuando lo conocí en Inglaterra solo le dije: hola. Pero le regalé un libro de Venezuela y me dijo que algún día iría a mi país. Todos los años lo veo porque desde hace 17 me involucré en la cienciología.  
¿Cómo maneja la fama?
Siendo yo misma, no pretendo ser nadie más, solo yo. Una persona se deja enfermar con la fama cuando se aleja de la realidad para ponerse en un pedestal.

Imagen: Expresiones




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